El caso fue un accidente por alcance con importantes daños en el automóvil del cliente el 31 de diciembre de 2015. La clienta, una mujer de 62 años, recibió inicialmente atención quiropráctica por dolor en el cuello y la parte baja de la espalda, pero acabó acudiendo a un médico de atención primaria para que le hicieran pruebas de imagen y, 10 meses después, a un especialista en columna vertebral. Las imágenes mostraron problemas degenerativos y ningún traumatismo agudo. El cliente seguía teniendo problemas cervicales y no tenía antecedentes de dolor lumbar o cervical antes de la colisión, a pesar de los problemas degenerativos.

La clienta se jubiló en septiembre de 2018 y mantuvimos que esta jubilación fue de 3 a 5 años prematura debido a sus limitaciones físicas por el accidente con lesiones. La defensa admitió que nuestro cliente probablemente sufrió una distensión cervical y lumbar. En el juicio, pudimos presentar pruebas a través de los médicos tratantes de que sus problemas degenerativos la hacían más susceptible a estas lesiones y que esta susceptibilidad era consistente con cualquier persona en ese rango de edad, así como señalar la ausencia de síntomas similares antes del accidente.

Tras un juicio de 4 días con un jurado atento y reflexivo, recibimos una indemnización por daños y perjuicios de más de 200.000 dólares después de que la compañía de seguros hubiera hecho una oferta final de 31.000 dólares justo antes del juicio.

Acuerdo: 200.000 dólares